sábado, 14 de abril de 2012

DE MARIPOSAS Y GUSANOS.-

En la rama erizada y prudente
arrastrando su honor busca amparo
y entreteje un capullo mierdero
a donde esconder su pudor de gusano;
pero al beso, rigor de la púa
que la espina le clava en los labios
se derrama en los suelos, cual lágrima,
y sirve tan solo de abono a los pastos.

Sacrificio mordaz que le impide
sacudirse la culpa en las manos,
porque dobla rodillas, rompe alas
cuando siente el tonelaje del pasado;
no se tapan los huecos del alma
con la imbécil sanción de un contrato:
allí suelen pudrirse ya infectos
los cadáveres de sueños muy soñados.

La vergüenza apostada en sus sienes
le conmueve el talante de pánico,
mas si vibra el deseo escondido
¡le arrancar gemidos, deseos mojados!
Pero cae, fenece, despierta
en la ruin soledad de su páramo
y no puede secarse las lágrimas
yaciendo a la sombra brutal de sus pánicos.

Alla va, como un beso perdido
aleteando con rumbo extraviado,
del sopor de algún muro invisible
al bello dolor de algún muro bastardo;
del tenaz e impiadoso suplicio
de la marcha fugaz de los años,
de las ganas, del semen y el flujo
al rigor de tener que cumplir lo pactado.

De la obtusa caricia en la frente,
que bordada de lineas y encantos
aun protege el cosmos sublime
do estallan mil versos por cada calvario,
¡de esa simple caricia apagada
donde no hay humedades mojando
al procaz sentimiento pechando
por ver como bailan querubes y diablos!

Del romántico sitio perdido
donde no hay ni mentiras ni engaños,
al blasón de lo obvio y lo lícito
do solo se ensueña hasta el canto del gallo,
de la mísera etapa marcada
por las leyes del mundo tiránico
a los vuelos azules y libres
que buscan descanso en un pecho, abrazados.

De la tumba llamada esperanza,
esa forma sutil de maltrato,
a la horrenda certeza del tiempo
que trae la muerte entre risa y sarcasmo,
¿donde vas a dejar que los huesos
se transformen en piedra y en barro?:
¿mariposas que viven de sueños
o gusanos que realizan lo soñado?


CEMENTO.-

viernes, 6 de abril de 2012

SONETO INTITULADO.-



Un estrépito anunciaba su caída
Y un relámpago, cual queja, vislumbrose,
Y una gota, imprudente y decidida,
Al dolor de los desiertos arrojose.

De la tierra, sollozante, alicaída,
Una grieta saboreaba ya ese goce,
Y mil ruinas, solitarias y abatidas,
Anhelaban, desidiosas, aquel roce.

¿Que mandato, que afrenta eterna, injusta
Le permite a la belleza ser basura?
¿con que afan de la tristeza hacia la fusta
Va la espalda retajada de ternuras?...

La desgracia nunca más fue tan robusta
Tras la union del sacrificio y la locura.


CEMENTO.-