martes, 12 de octubre de 2010

UN CIGARRILLO EN LAS SOMBRAS.-
















UN CIGARRILLO EN LAS SOMBRAS.-


Y de pronto el humo y la tenue luz,
con formidable y tétrica destreza,
en la silente obscuridad tornáronse,
de una boca, en la silueta.


El viento taciturno arremetía,
y, conmovida, la ermita temblaba;
el lánguido cuadro, las velas
despeñáronse en crujiente catarata.


La lóbrega figura, inconmovible,
con sorna baboseaba al turbio viento,
y allí, cual ánima sombría,
serena desplegó un sonido cruento.


Y cada breve nota del bullicio
callóse ante el estrépito fantástico
que, de fumígena laringe,
prorrumpía ante mi asombro y sobresalto.


Me dijo, con sensata certidumbre:
“la luz no es la ventura de los ciegos
¡oh¡ ¡pobres almas condenadas
despreciando la bondad de sus tormentos!


Infame es su candor cuando revela
la inmensa soledad del aislamiento
¡cuando dibuja sus gemidos
rebotando en las paredes del encierro!


Que sea tu condena la alegría
y sábete hacedor de tantos daños:
¡todo lo que tocas se rompe,
y todo lo que rompes lo has amado!”




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¡Oh espectro en mi claustro avizorado
llegaste a inmolar estas paredes,
y entre tus manos son las flores
polvo seco de lo enfermo y de lo ausente.


¡Flamígera fragancia hecha poesía
del alma y del cerebro aletargado,
rauda regresa a tu morada
que subyace tras los huesos de mi cráneo!


Y de pronto el humo y la tenue luz,
con formidable y tétrica alegría,
en la silente obscuridad
tornáronse, de una aurora, en la sonrisa.





CEMENTO.-








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lunes, 27 de septiembre de 2010

DE LA ARMONÍA, LA PAZ Y LA VISIÓN DE LOS ATROCES.-















Preguntaba el cofrade escondido
en un hueco llamado ‘’esperanza’’,
arrojando de paso, entre dientes,
pequeñas gotitas de pérfidas babas;
tremolaba, tan fláccido y débil,
en su pecho, de plástico y paja,
la intuición de una burda mentira
vestida con trajes de amor y elegancia


Preguntaba, y su duda era el borde
del abismo entre el juicio y la farsa,
y por cada blasfemia erigida
el falso cumplido en su honor se escuchaba;
la ilusión sumisa del borrico
entre signos de pregunta hablaba
<< ¿cuando, por ventura, será el tiempo
de la paz y la armonía tan ansiada?>>


¡Cuan turbado el rebaño expectante
disfrutó la nociva patraña!
¡semejaban leones nerviosos
comiéndose hambrientos las bárbaras garras!
unos pocos, atroces y adustos,
atisbaron el dolo en la trampa,
y bramaron, tal vez advirtiendo,
que el árbol es más que su rústica cáscara.


y cantaron, cual coro apolítico,
y reían, cual hienas borrachas,
remontando, con júbilo fiero,
del aire viciado los vuelos de caza.
y dijeron blasfemias tan bellas,
en palabras viles y macabras
que el rebaño tomo como afrenta,
y el miedo calo hasta el sopor de sus almas:


“Cuando el río no rompa los diques
cuando el viento no arranque las ramas,
y un león devorando a sus crías
perdone a su presa que intrépida escapa,
¡y los pastos ni luz ya consuman!
¡y el microbio no infecte tus llagas!
¡y la estrella no queme y no irradie!
¡y el caos se aquiete y se rinda a la nada!


Porque siempre será la armonía
nada más que una horrible esperanza,
la aflicción del que siente y descubre
y en vez de cantarlo se humilla y lo calla,
¡que se injurien los versos atroces
y se arrojen con furia a las llamas!
nunca habrá de callarse el bramido
que dice “la paz la invento la guadaña!”



CEMENTO.-





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domingo, 26 de septiembre de 2010

ÍMPETU.-


















¿Y ahora que hago con esta soledad?
¡Herrumbrarme!
¿Gastarme a muerte en versos que no riman?
Rimarme con las sombras del silencio
Para que los demonios del tormento
¡me sonrían!

¿y cómo se vive en esta eternidad?
¡un minuto
Que se burla cual si fuese una centuria!
Azules fracturados se destiñen,
Diamantes que en mis manos de derriten
¡por mi culpa!


¿Do yace lo feliz, lo que antes era?
¡Agoniza
Tras la pérgola falsaria de la duda!
Y camina en la arena y se quema,
Y camina en el desierto a la espera
¡de la lluvia!


¿Qué importa el mañana y su promesa?
¡nada importa!
La fuerte necedad de esta locura
No acepta la soberbia de las rosas,
Ya es mía la cadencia de estas horas
¡también tuya!


Danzaran las ganas que no duermen
¡ni de noche!
Con el humo del pucho que desgarro,
llegarás, moraras aquí en mi pecho
Porque yo así lo exijo, así lo quiero
¡porque te amo!



CEMENTO.-



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AL MANANTIAL DE LAS TRISTEZAS…




Siguiendo la huella de esa lágrima…










Es débil mi pudor, y hoy se desviste,
tal mi contradicción que así lo canto
pues quiero agradecer lo que sufriste,
la fragua que forjó tu ilustre encanto.


Por todo lo vivido y lo que fuiste
es cruento tu dolor, es cruento y tanto,
que llueven de tus ojos versos tristes
y envuelves tantas vidas con tu llanto.


Esencia de poeta, desde el fondo
del alma y del furor de tus locuras
para el sordo rebaño, mustio y mondo,
escribiste en versos tú alma pura.


Ascendiendo a sufrir a lo más hondo
descendiste a las máximas alturas.




CEMENTO.-



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UN IMPROPERIO INEVITABLE Y LA FELICIDAD MÁS TEMIDA.-





¡Y los demonios bailaron con la muerte!








No puede el resquemor que te acompaña
trocarte en animal, en simple bestia,
ni puede la bondad que te infiltraron
limpiar la sangre seca de tu jeta,
¡que vulgar, que paupérrimo el intento!
¡andar tras los pasos de hados y estrellas!
¡carne muerta, ilusión de los gusanos
obedeciendo genéticas reglas!



Por eso es que tus ojos amansados
si miran solo miran, nunca observan,
y el llanto del pequeño vientre hinchado
le pasa inadvertido a tus orejas
¿así es como has logrado ser lo que eres?
¡gusano en un capullo de indolencia!
¡que llegue y que perfore esta mi injuria
la imbécil decadencia de tus fiestas!



Pues sabe que no hay mayor perfidia
que una lágrima por hambre, por carencia,
que el sollozo de un niño abandonado,
¡su clamor ante la infame indiferencia!
cada vez que sus manos candorosas
hurgando el basural que lo alimenta
se manchan con las mugres de tus sobras
¡se mancha mas tu alma y huele a mierda!



¡Que suenen los añicos contra el piso
la dulce melodía de esta guerra!
¡que caigan las paredes de tu templo
al paso de este baile que renueva!
¡el niño sin juguete y trabajando!
¡el viejo relegado, ya sin fuerzas,
los padres que perdieron a sus hijos
que arrojen sus piedades a esta hoguera!



¡Que brame la furiosa y tremebunda,
sangrienta y tenebrosa gran protesta!
¡el cántico inmortal del ojo seco,
cual himno napoleónico resuena!
¡ah! ¡ dulce es el sonido de las risas
que emana de las fauces de la bestia!
¿acaso hay alegría mas terrible
que hallar un fresco oasis en la estepa?



Así de radical, así de indómita,
sombría, tan feroz y tan violenta,
como agua que se ofrece entre las dunas
a aquel que ante la sed bebe la arena,
se yergue en la idiotez de la manada,
frenando el disparate de su inercia,
la nueva trabazón, nueva amalgama,
de un mundo sin hambrunas y sin rejas.-







CEMENTO.-




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sábado, 21 de agosto de 2010

En un momento: fue exacto, preciso, justo cuando la felicidad insospechada se confundía con la más común de las tribulaciones; mi pluma, delirante e insensata, pujaba por quebrar las agujas del tiempo mientras la torpeza de la gente me llenaba los ventanales de ladrillos.
Una serpiente se arrastraba por las calles humeantes de la gran ciudad: bífida su lengua e inocente su intención, mermado vestigio de cadenas que fueron, allá en remotas comarcas, el amor y la pasión de millones.
Y en un lugar: una calleja sinuosa, trapera, que ondulaba su tortuoso azar por las longevas decadencias de un cosmos inhumano, de un universo inventado sin reparos en la verdad y lo certero.
¡ah! deliciosa polvareda! humo virtual evidenciando la vida, prueba innegable de la locomoción y del gregario placer disminuido por el espanto y la pavura ¡hermoso y pérfido! ¡sagaz y estúpido! ¡la vida rodando al fondo misterioso por las laderas del otero más endeble y amargamente utópico!
Leíase entre el polvo:


La línea del tiempo adulterada
se escurre entre los miedos
y marca la arena en cada paso
con sangre de sus muertos...

Olas tras olas caen
¡miríadas de versos lo claman!
y mientras bajan miran
¡la marca en la piedra de las garras!

¡Oh senda solitaria!
suenan las escamas contra el piso
¡y en su cruz no enraíza
la flor ambiciosa del olvido!


La hembra de los lagrimales profusos.

Yo la vi y la bauticé: “Hembra de los lagrimales profusos”
Su pisada batía la tierra, hacia negro humus de la estepa estéril y su primera piel quería marchitarse... y no se marchitaba.
Los pastos retoñados en la huella de sus plantas tornábanse en glorioso verde esmeralda, y su pupila tendía a derretirse... mas no se derretía.
la flor tomaba de su sensualidad la feromonal elegancia para emanar nuevos perfumes, rebosaba su almíbar para el deleite, siempre ingenuamente egoísta, de los enjambres estivales.
Todo a su alrededor era vida en movimiento, un constante germinar y florecer, reverdecer y renovarse... existir y eternizarse.
Pero ella, ¡oh preciosa “Hembra de los lagrimales profusos”! cerraba las puertas de su prístino alcázar, teñíase su alma con el gris del abandono y la soledad, tratando de manipular con sus ganas y su amor la lejanía del horizonte, que irreverente, susurraba en sus oídos cansados, ansiosos y bailarines, pero cansados:

Una mariposa en llamas
se posa sobre el pasto tierno,
el suave roce lo inflama
mutando al paraíso en un infierno...


y en una tarde sosegada del cándido estío le dijo:

Soy el invierno inmutable
escarchando el verano en las venas,
primavera de insecto y retoño
¡oh primaveras ajenas!


Y en la palidez del riguroso invierno:

Una hoja caducada
despeña del ramaje marchito
¡oh tristeza de junio, trágico,
nadie escuchará su grito!!

Y cuando la preciosa “Hembra de los lagrimales profusos” presintió la lluvia en el aroma a tierra mojada:

¡Suenen las flautas! ¡suenen las flautas!
¡el cielo es una acuarela!
¡llueven simientes de trigo
a copular con la tierra!
¡Suenen las arpas! ¡suenen las arpas!
¡que la nube ya esta muerta!
¡y la tierra abajo yace
cual féretro de las siembras!



...Yo la vi y la bauticé “Hembra de los lagrimales profusos”, su pisada batía la tierra haciendo negro humus de la estepa estéril, los pastos retoñaban a la estela de su marcha y la flor rebosaba su almíbar para el deleite de los enjambres estivales.


Las grietas en las paredes de la ermita.

Nada la mataba, la muerte arrebatóle hasta los recuerdos, la sorna de la vida burlábase de su desconsuelo, pero nada la frenaba...
La grieta inevitable acudió a mi coraza ante la embestida de su comprensión, su mirar intrépido aquerencióse en la intimidad de mi alma, justo entre mi amor nocivo y el veneno de la soledad, tras la piedra necesaria de mi existencia y la venganza exquisita, perfecta, vital.
El disimulo y la diplomacia socorrieron a una mentira sincera, a la espera de la pelea y la separación forzada, a una ruptura que no soportó la más mínima de las distancias, pues todo fue desde el inicio inseparable, un insondable sentir que entre nimiedades invisibles a las comunes indagaciones supo inventar un puente por donde amar el espíritu y permanecer, ante todos y todo, fundido en un mismo cuerpo y una sola sustancia.
¡Ella me vio y yo le cante! Con brusquedad, con grosera ambición, erguido en la techumbre de la ermita:


Cual esculpe el cincel del artista
sobre el mármol que enérgico aguanta
la visión de un espacio y un tiempo
rompiendo la gran trabazón de su masa,
al llegar de tu amor a mi ermita
un temblor sacudió sus murallas,
dibujando fisuras por donde
penetra tan solo tu insigne mirada


¡Cuál poesía! Entallada poesía
en la cúpula negra de mi alma,
tozudez que ha forjando los pleitos
que solo pelean aquellos que se aman,
y será la lesión que no cura,
y la falta de aquellos que extrañas,
la fatal dimisión y el desgano
¡Poesía que rima en pretérita etapa!


¡perdonad mi hosquedad de eremita!
Y mi torpe intención de vil gárgola,
si la bestia lastima, inocente,
¡ya habrá de aprender a mimar con sus garras!



La canción sublime (o "sublimándola").

No fue mi boca que azota y denuncia, ni mi pluma maldita y arisca, tampoco mi numen podrido que vive y muere en lo increado, ni aun la plenitud del amor eterno prometido, fue mi pasión enamorada que le recitó esta canción, a la que los ingenuos dieron en llamar ”la canción sublime’’



Os invoco ¡oh dioses nocturnos!
de la sombra perpetua y sagrada,
al altar donde yace durmiendo
Dionisios vestido con ropa de gala,
do el sereno remoja el cabello
de Ananké en un espejo atrapada,
con su porte de diosa dolida,
¡mordiéndose el diente, envidiosa y amarga!


¡Os impelo en la noche epicúrea
celebréis la belleza y la gracia,
la creación y la sobria nobleza
que brilla y alumbra del sol de su alma!
¡celebrad, os impelo deidades,
que el invierno no extingue su llama!
si el dolor ha amasado su vida
¡que arda ese fénix y seque sus lágrimas!


¡Escuchad! Que no ruegan mis bríos,
ni suplican con falsas plegarias,
escuchad su pasión inventando
un nuevo poema con trozos de su alma,
entregaos al fino entramado
de su fértil y excelsa palabra
¡y dejad que repose mi ósculo
Allí en el albor que fecundan sus lagrimas!


Yo haré de mi casa un castillo
donde viva a mi lado abrazada,
do gestar con su esencia y la mía
un nuevo poema ¡retoño con alas!
Y si este homenaje en la bruma
su existencia realzar no lograra
¡descended y postraos humildes
al pie del altar do su gloria os reclama!






CEMENTO.-














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Fecha 16-jun-2010 4:49 UTC



jueves, 22 de abril de 2010

BREVE POEMARIO: “DOCE PUPILAS ESCRUTANDO LAS SOMBRAS” (PRIMERA PARTE).-







DE LA VIDA MISMA.-


Cenizas danzarinas en el viento,
futuros abonando con su escoria,
estrofa de estropicios, de victorias,
cumpliendo el más glorioso juramento

Henchido está de cráneos el cimiento
que aguanta la presión de nuestra historia,
y allí, en esa fragua, esta la gloria
de andarse por la vida sin lamentos.

¿De dónde esta belleza abrumadora
emana su energía y su ingrediente?
¡insigne protoplasma en cuya mente
la carne y la deidad tranquilas moran.

¡Sublime destrucción abrasadora
Sembrando, sin saber, la gran simiente!


O----------O


DE LA APOSTASÍA.-


Supuran en la espalda sus afrentas
la pus de lo podrido y de lo innoble,
tratando que la espina se nos doble
la estaca traicionera nos violenta.

Así su gran sonrisa está a la venta
a ingenuos que se creen puros nobles,
mas nunca se ha talado un brusco roble
con hachas que de sangre van sedientas.

El odio revestido con ropajes
de hermosas y energúmenas malicias
se mata sin querer, y se desquicia,
al ver que así fracasan sus ultrajes.

Prepárense, que así se inicia el viaje
que indaga el guadañazo y su caricia.-


O----------O


DE LA SOLEDAD.-


Mirarse en el espejo y no ver nada
cual lóbrego vampiro tras la lumbre,
sentir la ruin presión de la techumbre
que estruja sin piedad, dura y pesada.

Dejar el cenagal de la manada
y el vicio represor de sus costumbres
en medio de la noche sin que alumbre
siquiera de soslayo tu mirada.

Y siempre batallando al mucherío
¡y dándome la frente contra el mundo!
marcharse por jamás ser el segundo
al fondo del dolor, del gran vacío.

Mas nunca desinflando el propio brío
de jote sin hogar, jote errabundo.


O----------O


DEL AMOR.-


El golpe que argumenta valentías,
que solo es el crisol de su locura,
espanta y asesina en su bravura:
así ama la pasión de su osadía.

¿Quién puede comprender su idolatría
de garras que acarician con ternura,
de afrentas y maldades que apresura
la bestia en la prisión de su apatía?


Hurgando los rincones más sombríos
del duro corazón amordazado
se palpan rudos gritos silenciados
que fluyen imparables como un rió


¡Escarcha congelando en el estío
y fuego en lo recóndito ocultado!


O----------O


DEL ODIO.-


Allí donde se forman condenados,
allí dónde la vida es un despojo,
do cae como palo sobre el ojo
el niño gemidor de vientre hinchado.

Y allá donde te mienten con el hado
que huele a libertad tras un cerrojo,
también sobre el patrono que a su antojo
devora la bondad de sus criados.

Y más donde el dolor de algún pequeño
se queja sin los padres, sin custodios,
y aprende que jamás podrá en el podio
subir a los peldaños de los dueños.

¡Allí todo mi asco, mi desdeño,
allí lo mas profundo de mis odios!


O----------O


DE LA MUERTE.-


Oscura esta la noche, como un cuervo,
oscura y silenciosa, cual mi ciencia,
se vuelca como sangre la impaciencia
de un sueño que en dolor se me hizo verbo.

El orgullo renegando de ser siervo
muerde un grito que quizás pide clemencia
y luego, al compás de su demencia,
besa al áspid y su tósigo protervo.

Ya al final de succionar gota por gota
la parca del amor, que nunca es lerda,
adorna mi gaznate con su cuerda
y mira mi reír de pobre idiota.

“Morir con la verdad nunca es derrota,
cualquier otro morir es pura mierda”



O----------O



CEMENTO.-

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jueves, 18 de febrero de 2010

LAS LÁGRIMAS DEL FÉNIX.-






Te vi corriendo en el trivial camino
quebrado el corazón de horror y miedo,
te vi los parpados cansados, tristes…
y a tu dolor escribiendo.


Lluvia derramóse en tu piel de polvo
cual ósculo de agua en el desierto,
una lágrima miraba entre las gotas…
y tus parpados cayeron.


Tu alma sufre las caricias muertas
de aquellos que no están ya en tu sendero,
gime un zorzal en tu voz dormida…
gime por ellos.


La estepa que morabas, agonía
de ave remontando el turbio cielo,
caló en la gris arena de tu alma…
llantos, espectros.


Impío ardor que ulcera el alma
gotas de vida en la arteria del tormento,
alejose la huella de tu infancia hermosa
y de tus sueños.


Aurora de la vida en la dulce primavera
marchose hacia el crepúsculo imperfecto,
Colgada la ilusión al sol poniente
de tu invierno.


Y semblantes que fumígenas deambulan,
¡cual estrofas en papiros sempiternos!
remojábanse en las lagrimas copiosas
de tus recuerdos.


Bordeando el precipicio de las penas,
liado en la garganta todo anhelo,
soledades, añoranzas y suspiros…
por quienes se fueron.


Trocose en mi la infausta intemperie,
con sales de tu mengua en el siniestro,
tu vista atormentada impenetrable…
a mis silencios.


Besos estallantes, por tu faz de diosa,
de mi oráculo infernal se desprendieron,
¡coro bruno y arisco que reclama!
tus oídos sedientos.


Garfios rojos en la mar se mezclan,
azules que reencarnan púrpuras y negros,
el sepia ha fenecido ante tu mármol…
como yo lo ordeno.


¿cuantas veces el grito del osario,
reclama tu pasión con tono austero?
¡mas yo robe tu pose del olimpo
para mi imperio!


Pues yo acaté la orden de la mística,
y en tu regia luz ardí al son violento,
en la flama, que echa luz y no se apaga,
de tus plectros.


Serena brisa danzando en las praderas
bálsamo que alivia las heridas del guerrero
¡la calma sosegada y mi refugio!
tras el viento.


Venerable efigie en el santuario mío,
silueta de esta fe que hoy profeso
destellando tus azules refulgentes
entre el incienso.


Menguando la quimera y el destino
el signo de la suerte hemos impuesto,
¡la hormona exasperada también canta!
en mi deseo.


Tertulia montaraz entre las pieles
que unidas revelaron los misterios,
¡coito y desayuno en la montaña!
¡amor malevo!.





CEMENTO.-





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viernes, 12 de febrero de 2010

EL ABRAZO DEL HORIZONTE (LA SONRISA DEL INSOMNIO)*.-


La pluma que borracha esta de tinta
volcando en el papel viejo y sediento
palabras que fulguran de lo ilógico
de aquella tierra pura del misterio,
armando entre las sombras de mí esencia
¡esencia de poeta del destierro!
la estrofa que combate la distancia
¡en esta noche atroz en que te siento!



El parpado tozudo que no cede
que aguanta la violencia de mi empeño
¡tan mórbido el tesón del ruin insomnio!
Dibuja el humo gris en el silencio
la forma de tu cuerpo apetitoso,
la insigne trabazón de nuestros plectros,
y apura un plan tenaz que no se rinde
¡en esta noche mustia en que te pienso!



Y tengo para vos todas mis fibras,
también mi voluntad hecha de acero,
las ganas que jamás han de olvidarte
¡que aguardan impacientes el reencuentro!
mis brazos cual baluartes te protegen,
mis manos, mi locura y mi cerebro
las garras que aprendieron a mimarte
¡la fuerza ingobernable del deseo!



Esculpo hoy mis ansias en la bruma
a puro martillazo y ‘’cortafierro’’**
¡y obliga mi nobleza que no mengua
te lleguen impolutos con el viento!
hay sangre y vil sudor humedeciendo
la inculta necedad de estos tus versos,
¡te espera la montaña solitaria
y espero junto a ella tu regreso!



¿Quién sabe como pueden tus palabras,
y el ósculo que calma mis excesos
quebrar la rigidez de mis escudos
llenándome de amor el turbio pecho?
¡no encaja la tristeza y el olvido
allí donde tu gracia infla el anhelo,
estás aunque no estés porque estuviste
¡pues se que en esta noche aquí te tengo!




CEMENTO.-








**Cortafierro: argentinismo. cortafrío, cincel, escoplo. herramienta, barra de metal con filo en uno de sus extremos usada para esculpir o demoler superficies duras.
se emplea generalmente en trabajos de albañilería.-